Selección de títulos de libros en los que el árbol o el bosque es el protagonista o uno de los protagonistas.
La tradición nórdica lo asocia con la vida y símbolo de la Navidad.
Arbol y litera de Antonia Toscano Lopez
El primer árbol de Navidad, decorado tal como lo conocemos en la actualidad, se vio en Alemania en 1605 y se utilizó para ambientar la festividad en una época de extremo frío. A partir de ese momento, comenzó su difusión: a España llegó en 1870, a Finlandia en 1800, y en el Castillo de Windsor –en Inglaterra- se vio por primera vez en 1841, de la mano del Príncipe Alberto, el esposo de la Reina Victoria.
El árbol de Navidad es de origen celta, que señala el nacimiento o renacimiento, el despertar de Wotan crucificado 9 días en el fresno Yggdrasil, para obtener el conocimiento de las runas y ser liberado como un nuevo dios. La tradición del árbol lleno de dulces también tiene su asidero en tradiciones paganas. El dar alimentos a los duendes y seres espirituales que visitan la casa, es la comunidad del hombre pagano con su espiritualidad, con su lado.
Feliz Navidad y feliz año 2020
Desde hace siglos
En la antigüedad, los germanos estaban
convencidos de que tanto la Tierra como los Astros pendían de un árbol
gigantesco, el Divino Idrasil o Árbol del Universo, cuyas raíces estaban en el
infierno y su copa, en el cielo. Ellos, para celebrar el solsticio de invierno
–que se da en esta época en el Hemisferio Norte-, decoraban un roble con
antorchas y bailaban a su alrededor.
Alrededor del año 740, San Bonifacio –el
evangelizador de Alemania e Inglaterra- derribó ese roble que representaba al
Dios Odín y lo reemplazó por un pino, el símbolo del amor eterno de Dios. Este
árbol fue adornado con manzanas (que para los cristianos representan las
tentaciones) y velas (que simbolizaban la luz del mundo y la gracia divina). Al
ser una especie perenne, el pino es el símbolo de la vida eterna. Además, su
forma de triángulo representa a la Santísima Trinidad.
En la Edad Media, esta costumbre se
expandió en todo el viejo mundo y, luego de la conquista, llegó a América.
El primer árbol de Navidad, decorado tal como lo conocemos en la actualidad, se vio en Alemania en 1605 y se utilizó para ambientar la festividad en una época de extremo frío. A partir de ese momento, comenzó su difusión: a España llegó en 1870, a Finlandia en 1800, y en el Castillo de Windsor –en Inglaterra- se vio por primera vez en 1841, de la mano del Príncipe Alberto, el esposo de la Reina Victoria.
La Navidad, tal y como la conocemos hoy
en día, se basa en la tradición religiosa del nacimiento de Jesús, la visita de
los reyes magos y los milagros hechos por Santa Claus (San Nicolás).
Sin embargo, las fiestas navideñas sólo
se empezaron a celebrar a partir de la Edad Media, y fueron los papas de
aquella época quienes fijaron la fecha en el 25 de diciembre, precisamente para
que los fieles prestasen menos atención a las fiestas paganas del solsticio de
invierno y más a las celebraciones religiosas. Incluso el típico árbol de
navidad tiene un origen celta.
El solsticio de invierno es el día más
corto del año. Esto es así porque se trata del momento en que la tierra está
más inclinada con respecto al sol, y por ello recibe menos luz. Este momento
era considerado por muchas culturas como inicio del año, y ese es el motivo de
las celebraciones.
En la cultura celta, la festividad del
solsticio de invierno recibía el nombre de Yule. El Yule designa el momento en
que la rueda del año está en su momento más bajo, preparada para subir de
nuevo.
En Escandinavia existía la tradición de
celebrar el Yule con bailes y fiestas. También se sacrificaba un cerdo en honor
de Frey, dios del amor y la fertilidad, que según la creencia controlaba el
tiempo y la lluvia.
Durante la festividad de Yule era
tradicional quemar el tronco de Yule, un largo tronco de árbol que iba ardiendo
lentamente durante toda la temporada de celebraciones, en honor del nacimiento
del nuevo sol. De esa tradición proceden los pasteles en forma de tronco
(troncos de chocolate) que hoy en día se comen en Navidades.
Los antiguos celtas creían que el árbol
representaba un poder, y que ese poder protegía y ayudaba al árbol. Los bosques
sagrados servían como templo a los germanos.
Para los galos, la encina era un árbol
sagrado sobre el que los druidas, sacerdotes celtas guardianes de las
tradiciones, recogían el muérdago siguiendo un rito sagrado.
Esta tradición, heredada a través de los
siglos, sirvió de inspiración para el actual árbol de Navidad.
Los Celtas, sus costumbres y el árbol de
Navidad: La mayoría de los eruditos concuerdan en que la Iglesia católica, fijó
el 25 de diciembre como la fecha del nacimiento de Cristo, más por razones
sociales que por asunto de fe, pues tal como se sabe, esa fecha correspondía a
la festividad pagana romana que honraba el nacimiento del sol. La Iglesia
católica adoptó el criterio de que era apropiado perpetuar una festividad cuyo
propósito era honrar el nacimiento de Cristo. Por lo tanto, en el concilio de
Tours, celebrado el 567 dC, se proclamó que los 12 días comprendidos entre
Navidad y la Epifanía constituían una época festiva sagrada.
El árbol de Navidad es de origen celta, que señala el nacimiento o renacimiento, el despertar de Wotan crucificado 9 días en el fresno Yggdrasil, para obtener el conocimiento de las runas y ser liberado como un nuevo dios. La tradición del árbol lleno de dulces también tiene su asidero en tradiciones paganas. El dar alimentos a los duendes y seres espirituales que visitan la casa, es la comunidad del hombre pagano con su espiritualidad, con su lado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario