Otros mundos de ficción

Otros mundos de ficción
“Mi soledad es mía… tu soledad es de alguien más. Hecha por otra persona y entregada a ti. ¿No es eso interesante? Una soledad de segunda mano”.

viernes, 20 de diciembre de 2019

¿Los mejores libros de 2019?


Club de lectura. La isla.

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La editorial Minúscula poco a poco va ocupando un espacio nada minúsculo en mis estanterías. Especializada en rescatar libros pequeños en tamaño pero gigantes en contenido, joyas que pasarían desapercibidas y que envuelven en cuidadas y minúsculas ediciones.
La historia es engañosamente sencilla, con esa sencillez profunda de las grandes cosas de la vida
Un hombre enfermo pide a su hijo que abandone por unos días las montañas en las que pasa el verano y le acompañe, quizá por última vez, a la isla adriática en la que nació. El reencuentro en ese paisaje luminoso, teñido de recuerdos, resulta decisivo para ambos. Uno descubrirá lo que significa dejar descendencia; el otro afrontará el sentido de la pérdida. El estilo elegante y contenido de esta narración, publicada por primera vez en 1942, la convierte a juicio de muchos en la obra maestra de Giani Stuparich. La isla es, en palabras de Claudio Magris, «un relato admirable de vida y de muerte, no conjurada sino mirada sin piedad cara a cara».




Premios literarios 2019


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Cristina Morales, Premio Nacional de Narrativa 2019 





La escritora ha sido galardonada por su novela ‘Lectura fácil’, que el jurado destaca por ser una “propuesta radical que destaca por su lectura del contexto político en el que se desarrolla”.





El poeta Joan Margarit gana el premio Cervantes 2019.El poeta Joan Margarit

Poema de Margarit «No tires las cartas de amor» al dar a conocer el veredicto del jurado: «Ellas no te abandonarán. / El tiempo pasará, se borrará el deseo / -esta flecha de sombra- / y los sensuales rostros, bellos e inteligentes, / se ocultarán en ti, al fondo de un espejo. / Caerán los años. Te cansarán los libros. / Descenderás aún más/ e, incluso, perderás la poesía. / El ruido de ciudad en los cristales / acabará por ser tu única música, / y las cartas de amor que habrás guardado / serán tu última literatura».

Xaime Martínez, premio Nacional de Poesía Joven "Miguel Hernández" por su obra «Cuerpos perdidos en las morgues»

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Pensemos en literatura y morgue. Como en esta última, el texto almacena los cuerpos exánimes de las cosas vivas, despojos de su antigua ocupación —la existencia—, para pasar a una fase posterior en la que serán clasificados y procesados. La altura del idioma, con el tiempo, los salvará de la quema o de la sepultación, los sustraerá de la morgue para vivir una vida nueva eternamente prorrogable en el texto.


En esta zona espectral se sitúa el poemario de Xaime: dos espacios, dos planos de realidad, una doble desaparición; los cuerpos fríos de los amantes, cuyo placer ha sido arrebatado por la aflicción de los momentos finales y, en paralelo, una historia de crimen e investigación donde un detective imposible, Fatal Destínez, averigua la desaparición de un cadáver.



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La jienense María Elena Higueruelo, Premio Adonáis de Poesía 2019

El galardón, dedicado a jóvenes escritores, ha reconocido la obra 'Los días eternos'







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El escritor que camina
La obra de Peter Handke, Premio Nobel de Literatura, explora las quiebras íntimas y el mundo más próximo.



La Nobel de Literatura Olga Tokarczuk reivindica la ternura para mejorar el mundo, la vida.


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Bernardo Atxaga, Premio Nacional de las Letras Españolas 2019

El escritor ha sido premiado por "su contribución fundamental a la modernización y proyección internacional de las lenguas vasca y castellana, a través de una narrativa impregnada de poesía en la que ha combinado de una manera brillante realidad y ficción".

Mariana Enríquez gana el Herralde con una novela “monstruo”

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'Nuestra parte de noche’ usa el género gótico para viajar por el Londres de los sesenta y la Argentina de las siguientes décadas. 

La gallega Pilar Pallarés, Premio Nacional de Poesía 2019. 

Resultado de imagen de Pilar pallarésEl jurado ha distinguido la obra de Pallarés por “transmitir con profunda sabiduría y emoción, a un tiempo lúcida y desgarrada, la experiencia de la pérdida y de la destrucción de lo vivido. 

Resultado de imagen de Carlos Catena Cózar, con "Los días hábiles", y Maribel Andrés LlameroCarlos Catena Cózar, con "Los días hábiles", y Maribel Andrés Llamero, autora de "Autobús de Fermoselle", han resultado ganadores ex aequo del Premio de Poesía Hiperión. La editorial Hiperión destaca en su fallo la "alta calidad lírica y testimonial" de los poemarios ganadores y la "defensa y reivindicación de valores éticos, vitales y familiares" de las obras ganadoras, así como "su conciencia del medio natural y de la lucha por la vida de las generaciones anteriores, como acicate para actuar sobre un presente áspero y difícil". 
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miércoles, 18 de diciembre de 2019

Árbol y Literatura


Selección de títulos de libros en los que el árbol o el bosque es el protagonista o uno de los protagonistas. 
La tradición nórdica lo asocia con la vida y símbolo de la Navidad. 



Arbol y litera de Antonia Toscano Lopez






Feliz Navidad y feliz año 2020



Desde hace siglos
En la antigüedad, los germanos estaban convencidos de que tanto la Tierra como los Astros pendían de un árbol gigantesco, el Divino Idrasil o Árbol del Universo, cuyas raíces estaban en el infierno y su copa, en el cielo. Ellos, para celebrar el solsticio de invierno –que se da en esta época en el Hemisferio Norte-, decoraban un roble con antorchas y bailaban a su alrededor.
Alrededor del año 740, San Bonifacio –el evangelizador de Alemania e Inglaterra- derribó ese roble que representaba al Dios Odín y lo reemplazó por un pino, el símbolo del amor eterno de Dios. Este árbol fue adornado con manzanas (que para los cristianos representan las tentaciones) y velas (que simbolizaban la luz del mundo y la gracia divina). Al ser una especie perenne, el pino es el símbolo de la vida eterna. Además, su forma de triángulo representa a la Santísima Trinidad.
En la Edad Media, esta costumbre se expandió en todo el viejo mundo y, luego de la conquista, llegó a América.

El primer árbol de Navidad, decorado tal como lo conocemos en la actualidad, se vio en Alemania en 1605 y se utilizó para ambientar la festividad en una época de extremo frío. A partir de ese momento, comenzó su difusión: a España llegó en 1870, a Finlandia en 1800, y en el Castillo de Windsor –en Inglaterra- se vio por primera vez en 1841, de la mano del Príncipe Alberto, el esposo de la Reina Victoria.

La Navidad, tal y como la conocemos hoy en día, se basa en la tradición religiosa del nacimiento de Jesús, la visita de los reyes magos y los milagros hechos por Santa Claus (San Nicolás).
Sin embargo, las fiestas navideñas sólo se empezaron a celebrar a partir de la Edad Media, y fueron los papas de aquella época quienes fijaron la fecha en el 25 de diciembre, precisamente para que los fieles prestasen menos atención a las fiestas paganas del solsticio de invierno y más a las celebraciones religiosas. Incluso el típico árbol de navidad tiene un origen celta.
El solsticio de invierno es el día más corto del año. Esto es así porque se trata del momento en que la tierra está más inclinada con respecto al sol, y por ello recibe menos luz. Este momento era considerado por muchas culturas como inicio del año, y ese es el motivo de las celebraciones.
En la cultura celta, la festividad del solsticio de invierno recibía el nombre de Yule. El Yule designa el momento en que la rueda del año está en su momento más bajo, preparada para subir de nuevo.
En Escandinavia existía la tradición de celebrar el Yule con bailes y fiestas. También se sacrificaba un cerdo en honor de Frey, dios del amor y la fertilidad, que según la creencia controlaba el tiempo y la lluvia.
Durante la festividad de Yule era tradicional quemar el tronco de Yule, un largo tronco de árbol que iba ardiendo lentamente durante toda la temporada de celebraciones, en honor del nacimiento del nuevo sol. De esa tradición proceden los pasteles en forma de tronco (troncos de chocolate) que hoy en día se comen en Navidades.
Los antiguos celtas creían que el árbol representaba un poder, y que ese poder protegía y ayudaba al árbol. Los bosques sagrados servían como templo a los germanos.
Para los galos, la encina era un árbol sagrado sobre el que los druidas, sacerdotes celtas guardianes de las tradiciones, recogían el muérdago siguiendo un rito sagrado.
Esta tradición, heredada a través de los siglos, sirvió de inspiración para el actual árbol de Navidad.
Los Celtas, sus costumbres y el árbol de Navidad: La mayoría de los eruditos concuerdan en que la Iglesia católica, fijó el 25 de diciembre como la fecha del nacimiento de Cristo, más por razones sociales que por asunto de fe, pues tal como se sabe, esa fecha correspondía a la festividad pagana romana que honraba el nacimiento del sol. La Iglesia católica adoptó el criterio de que era apropiado perpetuar una festividad cuyo propósito era honrar el nacimiento de Cristo. Por lo tanto, en el concilio de Tours, celebrado el 567 dC, se proclamó que los 12 días comprendidos entre Navidad y la Epifanía constituían una época festiva sagrada.

El árbol de Navidad es de origen celta, que señala el nacimiento o renacimiento, el despertar de Wotan crucificado 9 días en el fresno Yggdrasil, para obtener el conocimiento de las runas y ser liberado como un nuevo dios. La tradición del árbol lleno de dulces también tiene su asidero en tradiciones paganas. El dar alimentos a los duendes y seres espirituales que visitan la casa, es la comunidad del hombre pagano con su espiritualidad, con su lado.