La muerte de Ernesto Sábato el año de su centenario.
Ernesto Sábato entró en el túnel de la muerte
Hacía tiempo que el nombre de Ernesto Sábato no aparecía en los medios periodísticos: estaba olvidado injustamente, ¿o es que a los lectores de la Argentina ya no le interesaban sus novelas y ensayos? ¿Terminó su reinado?, nos preguntábamos cuando de pronto, justo, explotó la bomba: “¡Murió Ernesto Sábato!”. Y como por arte de magia su nombre volvió a la calle, a los diarios, las radios y la televisión, y gran parte del pueblo de repente empezó a recordarlo y llorarlo. Tuvo que venir la muerte para sacarlo del olvido, el viernes 29 de abril a la una y cinco de la madrugada. De nuevo es tapa de diarios y periódicos y de revistas y es casi seguro que las editoriales desempolvarán viejos ejemplares de sus obras, o las imprimirán de apuro, para ponerlos en los escaparates de las librerías y hacer seguras ganancias; aquí es bueno recordar el refrán: “A río revuelto ganancia de pescadores”. También vendrán ahora las cataratas de homenajes, recordaciones y discursos. Así es la vida, y cómo ¡nos une la muerte! ¿Será por temor a ella?
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